Canción: The gift
Artista: The Velvet Underground
Álbum / EP / Single: White Light/White Heat
Año: 1968
Nº de track: 2
Letras: Reed/Cale/Morrison/Tucker
Voz principal: Lou Reed
Referencias:
Lou Reed escribió esta historia mientras estudiaba en la
Universidad de Siracusa. Es acerca de un chico que, después de molestarse por
llevar una relación de larga distancia, decide enviarse a sí mismo en un
paquete por correo a su novia. Un final inesperado y de cierta forma, cómico.
[Traducida por Daniel Medel]
The gift
El regalo
Waldo Jeffers had reached his limit. It was now Mid-August which meant he had
been separated from Marsha
for more than two months. Two months, and all he had
to show was three dog-eared
letters and two very expensive long-distance phone
calls. True, when school
had ended and she'd returned to Wisconsin, and he to
Locust, Pennsylvania, she
had sworn to maintain a certain fidelity. Shewould
date occasionally, but
merely as amusement. Shewouldremainfaithful.
Waldo Jeffers había alcanzado su límite. Eran ya mediados de agosto, lo
que significaba que se había separado de Marsha hace más de dos meses. Dos
meses y lo único que podía mostrar eran tres cartas dobladas y dos llamadas de
larga distancia muy caras. Es verdad, cuando la escuela terminó y ella regresó
a Wisconsin y él a Locust, Pennsylvania, ella había prometido mantener una
cierta fidelidad: Saldría de citas ocasionalmente, pero como una mera
distracción. Ella seguiría siendo fiel.
But lately Waldo had begun
to worry. He had trouble sleeping at night and when
he did, he had horrible
dreams. He lay awake at night, tossing and turning
underneath his pleated
quilt protector, tears welling in his eyes as he
pictured Marsha, her sworn vows
overcome by liquor and the smooth soothing of
someneanderthal, finally
submitting to the final caresses of sexual oblivion.
It was more than the human
mind could bear.
Pero últimamente, Waldo había empezado a preocuparse. Tenía problemas
para dormir por las noches y cuando lo hacía, tenía horribles pesadillas. Se
quedaba despierto toda la noche, dando de vueltas bajo su colcha; lágrimas caían
de sus ojos al imaginarse a Marsha y sus votos de fidelidad rotos por el
alcohol y el suave calmante de algún neandertal, finalmente sometiéndose a las caricias del abandono
sexual. Era más de lo que la mente humana podía soportar.
Visions of Marsha's
faithlessness haunted him. Daytime fantasies of sexual
abandon permeated his
thoughts. And the thing was, they wouldn't understand how
she really was. He, Waldo,
alone understood this. He hadintuitivelygrasped
every nook and cranny of
her psyche. He had made her smile. She needed him, and
he wasn't there (Awww...).
Imágenes de la infidelidad de Marsha lo
acosaban. Pensamientos
diurnos sobre su abandono sexual penetraban en su mente. Y el asunto era que
nadie entendería cómo se sentía Marsha. Sólo Waldo podía entenderlo. Había
escarbado en cada rincón y hendidura de su mente. Él la hacía sonreír. Y ella lo
necesitaba, pero él no estaba ahí. (Awww…)
The idea came to him on the
Thursday before the Mummers' Parade was scheduled
to appear. He'd just
finished mowing and edging the Edelsons lawn for a dollar
fifty and had checked the
mailbox to see if there was at least a word from
Marsha. There was nothing
but a circular from the Amalgamated Aluminum Company
of America inquiring into
his awing needs. At least they cared enough to write.
La idea vino el jueves, antes que el Desfile de los Mummers fuera a mostrarse.
Había recién acabado de podar el césped de los Edelsons por un dólar con
cincuenta y fue a revisar su buzón para ver si había algo de Marsha. No había
más que una circular de la Compañía de Aluminio Forjado de Estados Unidos,
inquiriendo sobre sus propias necesidades. Al menos ellos se dignaban a
escribirle.
Itwas a New York company. You could go anywhere in the mails. Thenitstruck
him. He didn't have enough
money to go to Wisconsin in the accepted fashion,
true, but why not mail
himself? It was absurdly simple. He would ship himself
parcel post, special
delivery. The next day Waldo went to the supermarket to
purchase the necessary
equipment. He bought masking tape, a staple gun and a
medium sized cardboard box
just right for a person of his build. He judged that
with a minimum of jostling
he could ride quite comfortably. A few airholes,
some water, perhaps some
midnight snacks, and it would probably be as good as
goingtourist.
Era una compañía neoyorkina. “Puedes llegar a cualquier lugar con el
correo”. Entonces se le ocurrió. Cierto, no tenía dinero suficiente para ir a
Wisconsin de una manera convencional, ¿pero por qué no enviarse por correo? Era
absurdamente sencillo. Se enviaría por correo como entrega especial. Al día
siguiente Waldo fue al supermercado a conseguir todo el equipamiento necesario.
Compró cinta masking, una corchetera y una caja mediana precisa para alguien de
su contextura, juzgando con un mínimo de esfuerzo como para viajar
relativamente cómodo. Un par de agujeros para respirar, un poco de agua, tal
vez algunos bocadillos de medianoche, y probablemente viajaría tan cómodo como
en clase turista.
By Friday afternoon, Waldo
was set. He was thoroughly packed and the post
office had agreed to pick
him up at three o'clock. He'd marked the package
"Fragile", and as
he sat curled up inside, resting on the foam rubber
cushioning he'd
thoughtfully included, he tried to picture the look of awe and
happiness on Marshas face
as she opened her door, saw the package, tipped the
deliverer, and then opened
it to see her Waldo finally there in person. She
would kiss him, and then
maybe they could see a movie. If he'd only thought of
this before. Suddenly rough
hands gripped his package and he felt himself borne
up. He landed with a thud
in a truck and was off.
La tarde del viernes Waldo ya estaba listo. Se había embalado a sí mismo
y el empleado de correos había quedado de recogerlo a las tres en punto. Rotuló
el paquete como “Frágil” y se acurrucó dentro de la caja, descansando en un
cojín de espuma que había escogido muy prudentemente. Trató de imaginar el
rostro de Marsha mientras abría la puerta, veía el paquete, le daba su propina
al repartidor y luego abría la caja para ver finalmente a Waldo ahí mismo en
persona. Se besarían y tal vez luego podrían ver una película. Si sólo se le
hubiera ocurrido antes. De pronto, un par de manos toscas tomaron el paquete.
Cayó con un ruido sordo en un camión y se fue.
Marsha Bronson had just
finished setting her hair. It had been a very rough
weekend. She had to
remember not to drink like that. Bill had been nice about
it though. After it was
over he'd said he still respected her and, after all,
it was certainly the way of
nature, and even though, no he didn't love her, he
did feel an affection for
her. And after all, they were grown adults. Oh, what
Bill could teach Waldo -
but that seemed many years ago.
Marsha Bronson recién terminaba de arreglarse el cabello. Había sido un
fin de semana duro. No recordaba haber bebido tanto. Bill había sido amable al
respecto, sin embargo. Después que todo había terminado le dijo que aún la
respetaba y que, después de todo, era naturalmente lo esperable de las cosas, y
si bien no la amaba, sí sentía un afecto especial por ella. Pero que después de
todo eran adultos racionales. Oh, Bill podría enseñarle a Waldo. Pero eso parece
de hace muchos años atrás.
Sheila Klein, her very,
very best friend, walked in through the porch screen
door and into the kitchen.
"Oh gawd, it's absolutely maudlin outside." "Ach, I
know what you mean, I feel
all icky!" Marsha tightened the belt on her cotton
robe with the silk outer
edge. Sheila ran her finger over some salt grains on
the kitchen table, licked
her finger and made a face. "I'm supposed to be
taking these salt pills,
but," she wrinkled her nose, "they make me feel like
throwing up." Marsha
started to pat herself under the chin, an exercise she'd
seen on television.
"God, don't even talk about that." She got up from the
table and went to the sink
where she picked up a bottle of pink and blue
vitamins. "Want one?
Supposed to be better than steak," and then attempted to
touch her knees. "I
don't think I'll ever touch a daiquiri again."
Sheila Klein, su mejor e íntima amiga, atravesó la puerta mosquitera y
entró a la cocina. “Oh, Dios, qué sentimentales están las cosas afuera“. “Te
creo. Me siento incómoda”. Marsha apretó el cinturón de seda de su bata de
algodón. Sheila deslizó sus dedos sobre algunos granos de sal sobre la mesa,
lamió su dedo e hizo una mueca. “Se supone que tengo que tomar estas píldoras
de sal, pero –frunció su nariz- me dan ganas de vomitar”. Marsha empezó a
acariciarse bajo la barbilla, un ejercicio que había visto en televisión. “Dios,
ni me hables de eso”. Se subió a la mesa y fue hasta el fregadero, donde
recogió una botellita con vitaminas rosadas y azules. “¿Quieres una? Se supone
que son más ricas que un bistec”, y luego trató de tocar sus rodillas. “No
pienso volver a tocar un daiquiri por el resto de mi vida”.
She gave up and sat down,
this time nearer the small table that supported the
telephone. "Maybe
Bill'll call," she said to Sheila's glance. Sheila nibbled on
a cuticle. "After last
night, I thought maybe you'd be through with him." "I
know what you mean. My God,
he was like an octopus. Hands all over the place."
She gestured, raising her
arms upwards in defense. "The thing is, after a
while, you get tired of
fighting with him, you know, and after all I didn't
really do anything Friday
and Saturday so I kind of owed it to him. You know
what I mean." She
started to scratch. Sheila was giggling with her hand over
her mouth. "I'll tell
you, I felt the same way, and even after a while," here
she bent forward in a
whisper, "I wanted to!" Now she was laughing very loudly.
Se cansó y volvió a sentarse, esta vez más cerca de la mesita del
teléfono. “Quizás, Bill llama”, dijo a Sheila. Ésta se mordisqueó una cutícula.
“Después de anoche, pensé que ibas a terminar con él”. “Sí, sí sé a lo que te
refieres. Mi Dios, era como un pulpo. Tenía las manos por todos lados”. Hizo un
gesto, levantando sus brazos en señal de defensa. “La cosa es que, después de
un rato, una se aburre de pelear con él. Tú sabes. Y después de todo, no hice
nada ni el viernes ni el sábado, así que como que le debía una, ya sabes a lo
que me refiero”. Empezó a rascarse. Sheila rió, cubriéndose la boca con su
mano. “Te diré que a mí me pasó algo parecido, y después de un rato –entonces
se inclinó hacia adelante y dijo en un murmuro- como que quería hacerlo”, y
ahora se reía escandalosamente.
It was at this point that
Mr. Jameson of the Clarence Darrow Post Office rang
the doorbell of the large
stucco colored frame house. When Marsha Bronson
opened the door, he helped
her carry the package in. He had his yellow and his
green slips of paper signed
and left with a fifteen cent tip that Marsha had
gotten out of her mother's
small beige pocketbook in the den. "What do you
think it is?" Sheila
asked. Marsha stood with her arms folded behind her back.
She stared at the brown
cardboard carton that sat in the middle of the living
room. "I dunno."
Fue en ese momento que el señor Jameson, de la Oficina Postal Clarence Darrow,
tocó el timbre. Cuando Marsha Bronson abrió la puerta, éste la ayudó a cargar
el paquete. Hizo firmar sus papeles amarillos y verdes y se fue con la propina
de quince centavos que Marsha le había robado a su madre de su monedero beige.
“¿Qué crees que sea?”, preguntó Sheila. Marsha permaneció con los brazos doblados
detrás de su espalda y miró la caja de cartón café que yacía en el medio de su sala.
“Ni idea”.
Inside the package, Waldo
quivered with excitement as he listened to the
muffled voices. Sheila ran
her fingernail over the masking tape that ran down
the center of the carton.
"Why don't you look at the return address and see who
it's from?" Waldo felt
his heart beating. He could feel the
vibrating footsteps. Itwould be soon.
Dentro de ella, Waldo temblaba de emoción al escuchar las voces sordas.
Sheila deslizó su uña sobre el masking tape que recorría el medio de la caja.
“¿Por qué no te fijas en el remitente y ves de quién es?”. Waldo sentía su
corazón palpitando. Podía sentir los pasos vibrar. Sería
pronto…
Marsha walked around the
carton and read the ink-scratched label. "Ah, god,
it's from Waldo!"
"That schmuck!" said Sheila. Waldo trembled with expectation.
"Well, you might as
well open it," said Sheila. Both of them tried to lift the
staple flap. "Ah
sst," said Marsha, groaning, "he must have nailed it shut."
They tugged on the flap
again. "My God, you need a power drill to get this
thing open!" They
pulled again. "You can't get a grip." They both stood still,
breathing heavily.
Marsha caminó alrededor de la caja y leyó su rótulo. “¡Ah, Dios, es de
Waldo!”. “Ese tarado…”, replicó Sheila. Waldo tiritó de nervios. “Bueno, igual deberías
abrirlo”, dijo Sheila y ambas intentaron abrir la tapa. “Ahsst”, gimió Marsha,
“debe haberla engrapado”. Volvieron a tironear de la tapa. “¡Mi Dios, se
necesita un taladro para abrir esta cosa!”. Volvieron a tirar. “No se puede
abrir ni un poco”. Ambas permanecieron de pie, exhalando fuertemente.
"Why don't you get a
scissor," said Sheila. Marsha ran into the kitchen, but
all she could find was a
little sewing scissor. Then she remembered that her
father kept a collection of
tools in the basement. She ran downstairs, and when
she came back up, she had a
large sheet metal cutter
in her hand. "This is
the best I could find." She was very out of breath.
"Here, you do it.
I-I'm gonna die." She sank into a large fluffy couch and
exhaled noisily. Sheila
tried to make a slit between the masking tape and the
end of the cardboard flap,
but the blade was too big and there wasn't enough
room. "God damn this
thing!" she said feeling very exasperated. Then smiling,
"I got an idea."
"What?" said Marsha. "Just watch," said Sheila, touching
her
fingertoher head.
“¿Por qué no consigues unas tijeras?”, dijo Sheila. Marsha corrió hacia
la cocina, pero lo único que encontró fueron un par de tijeras de bordado.
Entonces recordó que su padre conservaba una colección de herramientas en el
sótano. Bajó al sótano y cuando volvió, llevaba en sus manos un serrucho. “Es
lo mejor que encontré”, dijo sin aliento. “Toma. Ábrelo tú. Yo me voy a morir”,
y se hundió en un sillón mullido, exhalando ruidosamente. Sheila trató de hacer
un espacio entre la cinta y el cartón de la tapa, pero la hoja del serrucho era
demasiado ancha y no cabía. “¡Maldita sea!”, dijo exasperada. Y luego sonriendo,
“tengo una idea”. “¿Qué?”, dijo Marsha. “Tú mira”, dijo Sheila, tocándose la
frente con un dedo.
Inside the package, Waldo
was so transfixed with excitement that he could
barely breathe. His skin
felt prickly from the heat, and he could feel his
heart beating in his
throat. It would be soon. Sheila stood quite upright and
walked around to the other
side of the package. Then she sank down to her
knees, grasped the cutter
by both handles, took a deep breath, and plunged the
long blade through the
middle of the package, through the masking tape, through
the cardboard, through the
cushioning and (thud) right through the center of
Waldo Jeffers head, which
split slightly and caused little rhythmic arcs of red
to pulsate gently in the
morning sun.
Dentro de la caja, Waldo estaba tan asfixiado por la emoción que
difícilmente podía respirar. Su piel se sentía sensible por el calor y podía
sentir su corazón palpitando en su garganta. Sería pronto. Sheila se paró y
caminó alrededor de la caja. Luego se puso en cuclillas, sosteniendo el
serrucho, inspiró profundamente y sumergió la hoja a través del paquete, a
través de la cinta masking, a través del cartón, a través de la espuma y (golpe)
justo a través de la cabeza de Waldo Jeffers, que se partió ligeramente e hizo
brotar suave y rítmicamente pequeños arcos rojos palpitantes en el sol de la
mañana.
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